Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog, el cual es parte del trabajo del curso Ética para los Negocios de la UPC (ciclo 2010-2). El tema que analizaremos a lo largo del curso es: "Enriquecimiento ilícito". Dicha modalidad de fraude se ha convertido, lamentablemente, en un caso común en nuestra realidad empresarial. Por este motivo creamos el blog como un medio encargado de analizar conceptos, ejemplos y casos que nos permitan conocer sobre el tema en cuestión y así tomar conciencia de la gravedad que dicho fraude representa en nuestra sociedad. Es de esta manera que se podrán sugerir y adoptar posibles soluciones que favorezcan el desarrollo de la ética empresarial. Los autores son: Daniella Cortez, Cristina Orbegoso, Jaime Llerena y Héctor Castillo.

martes, 14 de septiembre de 2010

Áreas grises

Estoy seguro que en más de una ocasión, en situaciones con dilemas complicados nos hemos preguntado, probablemente, lo siguiente: ¿Dónde se pasa la raya? ¿Qué es correcto para mí y para los demás; y qué es incorrecto? ¿Qué cosas caen en esas áreas grises que no están claramente establecidas?
Como bien sabemos, la ética empresarial es un tema que va más allá de lo legal. Es un concepto que no se limita a aspectos legales, políticos y/o jurídicos, sino que traspasa la frontera de dichos temas, debido a que hay que reconocer que pueden presentarse situaciones confusas o dilemas difíciles de solucionar en donde actuar de manera acorde a los principios y reglamentos legales no significa del todo actuar éticamente.
Para ejemplificar el concepto de las áreas grises en el tema analizado, es decir, el enriquecimiento ilícito, desarrollaré 2 ejemplos que bien pueden darse en el ámbito empresarial, y que, incluso, ya se han dado.
Imaginemos la siguiente situación:
Ejemplo 1:
¿Es correcto que funcionarios del estado encargados para la concesión de un proyecto negocien con diversos oferentes extranjeros y así obtener el mejor beneficio para la nación? Por supuesto que es correcto. Además, se supone (en el mejor de los casos) que el estado actúa de buena fe y otorga cierto poder a dichos funcionarios para negociar las licitaciones con diversos oferentes. Pero, ¿es correcto acaso que estos funcionarios se olviden completamente del plano ético y concedan dicha licitación a una empresa que les otorga sobornos e ingresos extras para sus bolsillos? Es legal otorgar dicha concesión, pero ¿es ético que le otorguemos la concesión del proyecto a una empresa que nos soborna? La respuesta creo que es obvia.
Entonces, podemos ver en este caso que existe un área gris, una frontera entre lo correcto e incorrecto. Un espacio en donde lo legal (cumplir con la disposición del estado) está totalmente correcto hacerlo, sin embargo eso no quiere decir que los fines, medios y características del caso sean totalmente éticos, de hecho no siempre lo son.
Si recordamos, este fue el caso que sucedió en la empresa PETROPERÚ, la cual mediante sus funcionarios más importantes Alberto Quimper y Rómulo León concedieron de manera irregular la concesión de cinco pozos petrolíferos a la firma noruega Discovery Petroleum. Rómulo León, Alberto Quimper y compañía recibieron más de 100,000 dólares por permitir a dicha empresa trabajar en los pozos petroleros del Perú. Todo esto, claro está, “bajo la manga” y de una manera oscura, de tal manera que solo beneficie económicamente a un sector, pero perjudique a los demás stakeholders (otras compañías oferentes, población, gobierno, entre otros)
Ejemplo 2:
Un caso de área gris en una organización podría darse si, por ejemplo, las leyes de comercio y regulaciones dadas en empresas proveedoras de luz o agua no especifican o no indican nada en contra de la formación de un monopolio en dicho sector. Y puede suceder, ya que a veces, el monopolio se da cuando solo una empresa trabajaría de manera eficaz y eficiente que muchas otras en el mercado. Es decir, en sí, el monopolio en  las empresas proveedoras de energía o agua no es ilegal, siempre y cuando estén regulados por el estado para poder desarrollar sus actividades con normalidad. Pero, qué sucede si las empresas se aprovechan de la posición fuerte que tienen en el mercado para imponer todo lo que les convenga para poder generar beneficios inigualables a expensas de los clientes, que, con poca información o conocimiento de sus derechos no pueden tomar muchas acciones a su favor. ¿Es justo que una empresa cobre lo que quiera por sus servicios? ¿Hasta qué punto puede darse ello?, ¿Es el monopolio siempre un generador de beneficios injustificados?
Un caso similares se dio en Enron, cuya organización hizo lo que quiso con diferentes ciudades a las que les proveía energía para poderse beneficiar a sus expensas de una manera injustificada y poco ética. El área gris está entonces en que, a pesar que lo legal dice que actuar como monopolio no está mal, las organizaciones se aprovechen de su condición para cobrar lo que quieran por sus servicios y así generar enriquecimiento a un puñado de propietarios.
Por: Héctor Castillo

No hay comentarios:

Publicar un comentario